lunes, 29 de junio de 2009

¿Por qué les llamamos recursos cuando queremos decir personas?


Artículo aparecido en Expansión 14/07/07 de Ignacio García de Leániz


Originario del mundo de Sistemas y de la Gestión de Proyectos, el sustantivo ha hecho fortuna en los últimos años y avanza imparable por el resto de Departamentos y sectores empresariales: "Tráeme un recurso", "este recurso no me funciona", "¿qué hay del recurso que pedí"?, "no puedo verte, que tengo que entrevistar a un recurso" "tenemos una elevada rotación de recursos", o "no hay manera de motivar a este recurso" son frases cotidianas que se dicen y oyen en varias Organizaciones sin apenas ya sorprendernos. Y así, como quien no quiere la cosa, estamos entronizando la palabra en cuestión que amenaza con desterrar a los antiguos sustantivos "persona", "personal","colaborador", "miembro o integrante de un Equipo", todos ellos de mejor abolengo que este "recurso" que suena algo grotesco y que en lugar de describir más bien cosifica al designado.

Así, si en los 70 los antiguos Departamentos de Personal se habían transmutado en Divisiones de Recursos Humanos, una treintena después esta decayendo cual hoja otoñal caduca ese adjetivo "humano" que personalizaba la acepción en cuestión distinguiéndola mal que bien de los recursos materiales y financieros. La cuestión no es baladí y es sólo un reflejo lingüístico de la grave crisis por la que atraviesa la gestión de las personas de un tiempo a esta parte, crisis cuya característica principal es el extraño silencio que hay en torno a ella. Pero toda aberración lingüística necesita como virus que es, de un Caballo de Troya con el que burlar paulatinamente el cortafuegos del sentido común de la semántica y del respeto al individuo: en nuestro caso "recurso" vino a significar inicialmente el individuo que estaba disponible para ser asignado a un Proyecto o Grupo de Trabajo. De dicha connotación se está llegando a un tropo en que la parte sustituye al todo, y "recurso" ha terminado ya en algunas Organizaciones por desplazar a "persona" y sus sinónimos, como la economía nos cuenta que la moneda mala acaba expulsando a la buena de la circulación No es de extrañar que hace unos meses una flamante directora de RRHH declaraba enfáticamente y sin rubor alguno que, lógicamente, su Departamento no podía garantizar el buen el comportamiento de todos sus "recursos" (sic). No cabe en la pandemia que nos amenaza echar la culpa esta vez a la influencia americana por cuanto "resource" no se utiliza allí en el ámbito gerencial como torpe metonimia de person, people, employee, headcount o member.

Se alegará pragmáticamente que al fin y al cabo poco importa para nuestra gestión cotidiana tal uso indebido; el problema es que después del siglo XX sabemos que las trampas del lenguaje acostumbran a reflejar una determinada concepción del mundo y del hombre. En nuestro caso, si al concepto de "recurso" lo despojamos de lo "humano", es decir, de su índole personal, entonces en rigor ni piensa ni padece; ni siquiera se comporta. Pertenece como tal al mundo inerte regido por las Tres Leyes de Newton, que recordemos que eran las de Inercia, Fuerza y Acción y Reacción. Si a nuestros colaboradores los nominamos como "recursos", no nos extrañe entonces que planteen resistencias propias del mundo físico y terminen reaccionando como tales bajo los efectos de una "profecía de auto-cumplimiento" sin iniciativa y compromiso algunos, que son al fin y al cabo sustantivos únicamente humanos.


O hacemos algo al respecto en nuestro uso cotidiano del lenguaje o a este paso los Departamentos de Recursos Humanos acabarán fusionándose con los Departamentos Financieros y de Compras pasándose a denominarse División de Recursos Varios y nosotros intentando animar a los miembros de nuestro equipo diciéndoles "le felicito; es usted un gran recurso" o "enhorabuena, te hemos nombrado " recurso del mes"", mientras nos gastamos un dineral por implantar el último modelo de Gestión por Competencias o de Identificación y Retención del Talento.

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